martes, 23 de junio de 2009

Freire y su propuesta educativa


Imaginémonos una sala de clases, en donde lo el alumno no se sienta excluido de ser parte de ella. Que su condición social, no implique el desprestigio y desconocimiento de su establecimiento educacional. Imaginemos nos, un aula totalmente completa. Llena de opiniones, de controversias y discusiones. También intentemos, creer en que este ideal sea posible. Que la educación sea un instrumento de necesidad comunitaria, que no necesitemos de un titulo ni de un nombre para ser mirados en la sociedad. Creamos amigos míos que la educación es un derecho, y no una adquisición económica. Que el enseñar no sea un comercio, sino una vocación inspiradora. Es esta la propuesta y la enseñanza innovadora eh interesante que nos propone nuestro querido Paulo Freire en sus escritos.

Paulo Reglus Neves Freire nació el día 19 de setiembre de 1921, en Recife, Pernambuco, una de las regiones más pobres del país, donde muy temprano pudo experimentar las dificultades de sobrevivencia de las clases populares. Trabajó inicialmente en el SESI (Servicio Social de la Industria) y en el Servicio de Extensión Cultural de la Universidad de Recife. Fue educador, profesor de escuela, creador de ideas y del llamado "método Paulo Freire". La metodología por él desarrollada fue utilizada en Brasil en campañas de alfabetización y, por eso, él fue acusado de subvertir el orden instituido, siendo preso después del Golpe Militar de 1964. Después de 72 días de reclusión, fue convencido a dejar el país. Primero se exilió en Chile, donde, encontrando un clima social e político favorable para el desarrollo de sus tesis, trabajó, durante 5 años en programas de educación de adultos en el Instituto Chileno para la Reforma Agraria (ICIRA). Fue ahí que escribió su principal obra: Pedagogía del oprimido, donde expone que reconoce que la liberación de la opresión no vendrá fácilmente. “La liberación es un parto doloroso”, nos dice, pero el hombre nuevo que nace de este parto será capaz de superar la dinámica opresor-oprimido y crear una sociedad donde el bienestar de su gente no está basado en la explotación de algunos hombres por otros. Todas estas técnicas de educación y liberación están basadas en que el hombre tiene una moral universal con la cual podrá liberarse de las ataduras que lo oprimen.

Ahora expondré una cita a un capitulo de uno de sus libros más conocidos que es Pedagogía de la autonomía, en la cual expone la siguiente tesis:

“Enseñar exige seguridad, competencia profesional y generosidad

La seguridad con que la autoridad docente se mueve implica otra, la que se funda en su competencia profesional. Ninguna autoridad docente se ejerce sin esa competencia. El profesor que no lleve en serio su formación, que no estudie, que no se esfuerce por estar a la altura de su tarea no tiene fuerza moral para coordinar las actividades de su clase. Esto no significa, sin embargo, que la opción y la práctica democrática del maestro o de la, maestra sean determinadas por su competencia científica. Hay maestros y maestras científicamente preparadas pero autoritarias a toda prueba. Lo que quiero decir es que la incompetencia profesional descalifica la autoridad del maestro.

Otra cualidad indispensable a la autoridad en sus relaciones con las libertades es la generosidad. No hay nada que minimice más la tarea formadora de la autoridad que la mezquindad con que se comporte. La arrogancia farisaica, malvada, con que juzga a los otros y la suave indulgencia con que se 'juzga o con la que juzga a los suyos. La arrogancia que niega la generosidad niega también la humildad, que no es virtud de los que ofenden ni tampoco de los que se regocijan con su humillación. El clima de respeto que nace de relaciones justas, serias, humildes, generosas, en las que la autoridad docente y las libertades de los alumnos se asumen éticamente, autentica el carácter formador del espacio pedagógico.

La reacción negativa al ejercicio del mando es tan incompatible con el desempeño de la autoridad como la avidez por el mando. "Mandonismo" sería el término que definiera exactamente ese gozo irrefrenable y desmedido por el mando. La autoridad docente "mandonista", rígida, no supone ninguna creatividad en el educando. No forma parte de su forma de ser esperar, por lo menos, a que el educando demuestre el gusto de aventurarse.

La autoridad coherentemente democrática, que se funda en la certeza de la importancia, ya sea de sí misma, ya sea de la libertad de los educandos para la construcción de un clima de auténtica disciplina, nunca minimiza la libertad. Por el contrario, le apuesta a ella. Se empeña en desafiarla siempre y siempre; nunca ve, en la rebeldía de la libertad, una señal de deterioro del orden. La autoridad coherentemente democrática está convencida de que la verdadera disciplina no existe en la inercia, en el silencio de los silenciados, sino en el alboroto de los inquietos, en la duda que instiga, en la esperanza que despierta.

Es más, la autoridad coherentemente democrática, que reconoce la eticidad de nuestra presencia, la de las mujeres y de los hombres, en el mundo, reconoce, también y necesariamente, que no se vive la eticidad sin libertad y que no se tiene libertad sin riesgo. El educando que ejercita su libertad se volverá tanto más libre cuanto más éticamente vaya asumiendo la responsabilidad de sus acciones. Decidir es romper y, para eso, tengo que correr el riesgo. No se rompe como quien toma un jugo de chirimoya en una playa tropical. Pero, por otro lado, la autoridad coherentemente democrática jamás se omite.

Si bien se niega, por un lado, a silenciar la libertad de los educandos, rechaza, por otro, su supresión del proceso de construcción de la buena disciplina. Siempre está presente en la práctica de la autoridad coherentemente democrática un esfuerzo que la vuelve casi esclava de un sueño 'fundamental: el de persuadir o convencer a la libertad de que ella va construyendo consigo misma, en sí misma, su autonomía, con materiales que, aunque llegados de fuera, son reelaborados por ella. Es con ella, con la autonomía que se construye penosamente, como la libertad va llenando el "espacio" antes "habitado" por su dependencia. Su autonomía se funda en la responsabilidad que va siendo asumida.

El papel de la autoridad democrática no es señalar las lecciones de la vida para las libertades y transformar la existencia humana en un "calendario" escolar "tradicional", sino dejar claro con su testimonio que, por más que ella tenga un contenido programático que proponer, lo fundamental en el aprendizaje del contenido es la construcción de la responsabilidad de la libertad que se asume.En el fondo, lo esencial de las relaciones entre educador y educando, entre autoridad y libertades, entre padres, madres, hijos e hijas es la reinvención del ser humano en el aprendizaje de su autonomía. Me muevo como educador porque, primero, me muevo como persona. Puedo saber tanto pedagogía, biología como astronomía, puedo cuidar de la tierra como puedo navegar. Soy persona. Sé qué ignoro y sé qué sé. Por eso, tanto puedo saber lo que todavía no sé como puedo saber mejor lo que ya sé. Y sabré tanto mejor y más auténticamente cuanto más eficazmente construya mi autonomía respecto a los otros.

Enseñar y, mientras enseño, manifestar a los alumnos cuán fundamental es para mí respetarlos y respetarme, son tareas que jamás dividí. Nunca me fue posible separar en dos momentos la enseñanza de los contenidos de la formación ética de los educandos. La práctica docente que no existe sin el discente es una práctica entera. La enseñanza de los contenidos implica el testimonio ético del profesor. La belleza de la práctica docente se compone del anhelo vivo de competencia del docente y de los discentes y de su sueño ético. No hay lugar en esta belleza para la negación de la decencia, ni de forma grosera ni farisaica. No hay lugar para puritanismo. Sólo hay lugar para pureza.

Éste es otro saber indispensable para la práctica docente. El saber que es imposible desligar la enseñanza de los contenidos de la formación ética de los educandos. De separar práctica de teoría, autoridad de libertad, ignorancia de saber, respeto al profesor de respeto a los alumnos, enseñar de aprender. Ninguno de estos términos nos puede ser mecánicamente separado uno del otro. Como profesor, tanto lidio con mi libertad como con mi autoridad en ejercicio, pero también lidio directamente con la libertad de los educandos, que debo respetar, y con la creación de su autonomía tanto como con los ensayos de construcción de la autoridad de los educandos. Como profesor, no me es posible ayudar al educando a superar su ignorancia si no supero permanentemente la mía. No puedo enseñar lo que no sé. Pero éste, repito, no es un saber del que debo solamente hablar y hablar con palabras que se lleva el viento. Al contrario, es un saber que debo vivir concretamente con los educandos. El mejor discurso sobre él es el ejercicio de su práctica. Es respetando concretamente el derecho del alumno a indagar, dudar, criticar, como "hablo" de esos derechos. Mi pura habla sobre esos derechos, a la que no corresponda su concretización, no tiene sentido.

Cuanto más pienso en la práctica educativa y reconozco la responsabilidad que ella nos exige, más me convenzo de nuestro deber de luchar para que ella sea realmente respetada. Si no somos tratados con dignidad y decencia por la administración privada o pública de la educación, es difícil que se concrete el respeto que como maestros debemos a los educandos.

Yo considero que en este capitulo se da un hincapié en la importantísima función del pedagogo en cuanto la educación de un niño. Y en la misión que el profesor emprende al enfrentarse a un grupo de personas individuales. El plantea la idea de enfrentar con responsabilidad la autoridad que se tiene, priorizando la libertad de sus alumnos, reprimiendo la libertad del educador en pro de una educación democrática, pero , este reprimir se ejerce desde un vista positivo, en el cual se encuentra necesario que el pedagogo respeto a sus alumnos porque son realidades diferentes..

Fuentes

Freire Paulo (1999) Pedagogía del Oprimido. México: Editorial Siglo Veintiuno.

Freire Paulo (2004) Pedagogía de la autonomía. Brasil: Editorial Paz e Terra SA

7 comentarios:

  1. MUY INTERESANTE E IMPORTANTE ... GRACIAS

    ResponderEliminar
  2. EXCELENTE!!!! ME ENCANTO.

    ResponderEliminar
  3. Excelente, admiro sus frases célebres de Paulo Freire.

    ResponderEliminar
  4. Es importante conocer la transformación de la Educación y su contexto.

    ResponderEliminar
  5. "La liberación es un parto doloroso" es muy profunda y real la frase de Paulo Freire, quien ha luchado por educar y hacer lo que debe hacer, lo sabe muy bien.

    ResponderEliminar